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El ANCla

Antes de morir 2

Antes de morir 2

Cuánto desearía que en ti estuvieran presentes estos momentos!, porque me haría feliz saber que aunque sea  un momento, por muy pequeño que sea, tienes para darlo a un recuerdo en donde estemos únicamente los dos como protagonistas, pero sé que no es así… y eso me hace pedazos el corazón, el alma, y el sentimiento que nació para ti, y que me dejaste alimentarlo para que creciera aún más, y es cierto, siempre me dejaste ver “nuestros” límites, y sé que soy yo el culpable de estar como estoy, porque fui yo quien no quiso creerte, quien no supo notar la línea que siempre te preocupaste por delimitar… ¿Qué no es cierto?¿acaso es eso lo que creo estás pensando? Vale, no es reproche, pero a pesar de un momento en laboratorio, nunca más me dejaste ver tan claramente que no te importaba si nos veían besándonos (porque ese día me regalaste un beso, a pesar de estar toda la clase metida en el mismo lugar), después fue todo como siempre… que debía decirte en ese momento para cambiar algo… lo hubiera cambiado acaso?... No sé desde cuando comencé a perderte, simplemente llegó el día en que ya no estabas y tus intereses fueron cambiando, desde una fugaz emoción que terminaste diciendo al respecto “es un idiota”, hasta tu costumbre de esperar los viernes, que acabó con mi costumbre de esperar los viernes… ¿Por qué?, porque para mí los viernes era el mejor de los días de la semana, porque ese día pasábamos por mis cosas, y te acompañaba en el autobús camino a tu casa, cuando esperaba que me dijeras si podía acompañarte a tu casa, desde luego que la petición que nunca llegó en el transcurso de poco menos de un año mientras el rito se repetía cada viernes… Después ya no era el viernes para mí, y tu emoción cambió de lugar, hacia otra persona. En tu conversación me sorprendiste de sobremanera cuando me revelaste una invitación tuya hacia él de acompañarte a tu casa, que desde luego aquél acepto sin titubear, y me dolió porque no llevabas más de 2 veces de saber de él, pero… ahora importa?, no, no creo, más no podía cesar el comentario, y desde entonces me dolía estar contigo, porque ahora tus sonrisas no eran por mí, ni tu alegría, ni tu emoción las propiciaba yo, me dolía mucho abrazarte, sabiendo que no eran ya mis brazos los que buscabas, y me dolía más besarte, sabiendo que eran otros labios en los que pensabas, más me dolía mentirme, y seguir pensando que podíamos tener otro final, y no el que se prodigaba ante mis ojos, y quise luchar por ti, pero no tenía nada de ti, ¿como lo podía hacer si tú no querías que lo hiciera, porque ya estabas a gusto con otra persona? Mi intención nunca fue obligarte a permanecer a mi lado, e hice todo lo que pude para no hacerlo a pesar de estar lleno el corazón con ese propósito…Quizá piensas con esto que la palabra que me enseñaste a utilizar ahora estaría bien empleada, porque igual y hasta aquí pienses que soy un EGOÍSTA por pensar en mí nada más, en lo que me haría feliz (tú), y no pensar en tu felicidad, pero ahora lo pongo de tu lado, y sin más vueltas: ¿no eres tú también egoísta al pensar solo en ti y nunca pensar en lo que me hace ser feliz a mí?, ¿no decidiste una y otra, y otra vez TU felicidad o lo que tú querías, a pesar de saber mi sentimiento hacia ti? Y aunque no lo creas, no es reproche, es ejemplo de que en el fondo, cada quien busca como estar mejor, sin importar lo que se quede atrás, porque precisamente es: “camino atrás”, y como tal, hay que ver siempre hacia el frente… No quería irme sin decírtelo, y decirte también que antes había pasado por algo similar, que me dio fuerza para no desertar, que me fortaleció y que llegaste tú, por gracia del destino, para demostrar si era verdad que ya había aprendido de lo pasado… tú sabes bien el resultado, si fuera evaluación, no llegué ni al 4 de calificación, porque cometí más errores, porque te creía una calca de esa otra persona, porque me aferré a ti por la ausencia de ella, porque quise remendar mis errores pasados contigo, porque me enseñaron a disfrutar el dolor, porque aprendí a humillarme y se me hizo algo tan común y tan normal que no supe delimitar el lado del amor que te tenía, con la dependencia hacia ti, y el más importante, el amor propio, nunca supe donde empezaba y terminaba cualquiera de éstos y donde se volvía degradación… No aprendí, y aún no aprendo a decir adiós a algo que siento amar, y que necesito tanto, porque no fuiste una copia, fuiste más que eso, no fuiste la mejor amante, pero fuiste la más entregada, y ésa es la razón que mantuvo siempre viva mi esperanza contigo, se me hacía inaceptable que pudieras entregarte de esa manera con cualquier persona, y me sentía especial para ti… más después de lo que me platicas, después de haberme dicho lo que sentías por cada nueva persona que conocías y que te interesaba, debía darme cuenta que eso es lo que te hace especial, que te entregas cuando crees que vale la pena hacerlo, y yo fui solamente una más de tus equivocaciones, e inconscientemente no quise ni quiero aceptarlo aún…

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