Antes de morir 3
¿Que creí que hice yo para demostrarte lo que siento por ti? Cuando entré me llevé muy bien con las compañeras más relajientas del salón, y creí que así sería, pero llegaste tú, y dejé de frecuentarlas porque comenzamos a formar un grupo entre nosotros… quise emprender proyectos que el “sistema” de la universidad no me permitió, quise perrear por esos permisos, pero quise compartir más mi tiempo contigo, pude haber crecido más en conocimientos, pero preferí compartir las salidas que tenías con el grupo de danza porque tu me lo pediste y porque disfrutaba mucho esos momentos a tu lado, dejé de frecuentar a los compañeros y compañeras que a ti te caían mal, a pesar de yo llevarme bien con ellos, dejé de conocer a más gente porque prefería seguir conociéndote a ti… cuando te ausentaste por problemas de salud de tu padre, dejé de poner atención a todo y siempre me preguntaba por ti, por tu salud, por tu estado de ánimo, a pesar de saber que tenías con quien reconfortarte, fue en esos momentos que las compañías llegaron al por mayor, y sin importar que sólo hablara de ti, esas personas estaban a mi lado, cuando regresaste, me sentí tan contento de verte, que nuevamente el mundo se me borró, pero al mirar al derredor, vi a quienes me ayudaron cuando tú no estuviste, y quise compartir tiempo con ellos, pero tú no quisiste hacerlo, y no podía estar en tantos lados a la vez, así que me fui apartando de ellos, para estar más contigo, porque según yo, necesitabas más tú mi apoyo, más que los demás… y nuevamente comencé a perder compañeros y amistades, y sabes qué?, si se regresara el tiempo y estuviera en la misma situación, lo volvería a hacer, y no igual, porque pondría más empeño en ti, lo doble, lo triple de lo que pude haberte dado, te lo volvería a dar y aún más.Te dí todo lo que puede, todo lo que me permitiste dar y hasta donde tus límites me dejaban estar, ¿Qué nunca me pusiste límites?, un ejemplo, el momento cuando te operaron, no me dijiste, no confiaste en mí, no me diste un valor para poder estar a tu lado, quiero imaginar que fué porque te acompañaba tu novio, y no querías problemas en esos momentos… te pregunto: ¿no hay límites en ello?, y como eso, mil situaciones más que sé que tú no recuerdas porque lo que te importaba siempre, era estar a su lado, no el hacerme sentir bien, ni saber que me harías quedar en ridículo, ni pensar que me estabas humillando, ni te importaba saber si me dolía verte frente a mí, besándolo, ni tener que ocultar ese dolor reaccionando con estupideces, y contando chistes pendejos mientras un pinche ardor me quemaba, mientras sentía como me iba destrozando por dentro, ni te interesaba saber que mi interior se estaba rompiendo en cachitos y estrellaba mi orgullo y mi dignidad tras de una sonrisa que me dolía cada vez más y que esperaba que los minutos tuvieran piedad de mí y que ese viaje se acabara, que esos momentos terminaran ya, ni te importaba si yo quería dejar todo en ese momento y simplemente desaparecer… ¿no verdad?, porque por eso él es tu novio, y yo… pues yo era tu compañero y ya, ¿eso no es un límite? Y si no es limitante, entonces yo no sé que es tener limitaciones o estoy errado en mi definición… porque tú me dijiste siempre que nunca me pusiste límites, más dudo que lo recuerdes, o que al menos recuerdes una conversación entre nosotros, porque ya no tiene importancia, porque yo ya no tengo ninguna importancia en ti… Y a pesar de todo, quiero morirme con tu nombre en mis labios, con tu sonrisa en mi mente, tener en mis sentidos el aroma de tu piel, de tu saliva, el recuerdo de tu aliento cerca de mi rostro, de tus manos abrazándome, de las caminatas a tu lado, quiero pensar en ese momento que tanto esperé, y que nunca llegó, el momento en que me dijeras un simple “te amo”, sencillo, pero que saliera de ti, quiero morirme pensando en tu figura desnuda, en el sentimiento que me hizo dibujarte sin verte, que me hizo escribirte tantas veces lo que soy y lo que eres para mí, quiero tener el sentimiento que me nace para ti, pero sin el dolor que siempre lo acompañó, quiero morirme soñando en ese jamás donde estaríamos solamente los dos, y saber lo que se siente decir “ es mi novia” y defender esa distinción con mi vida, saber cómo se siente estar en el lugar de cualquier persona que ha estado a tu lado y que tú con orgullo llamaste “mi novio”, quisiera morirme pensando que eso sucedió, y creerme mis mentiras a tu lado, Solo quiero morir pensando en ti, ponerle pausa al tiempo, y permanecer en ese lapso en donde era feliz a tu lado, permanecer en ese mundo que inventaste para nosotros dos únicamente, donde dormía a tu lado y soñé que un día despertaría contigo, y que te quedarías para siempre, porque eso me hacías pensar cuando me preguntabas si me gustarías aún cuando estuvieras viejita, y te respondí que siempre te amaría, y sabes qué?, lo hice, hasta este momento lo sigo haciendo, porque no quiero pensar en las palabras con las que me matabas, ni con las que me hacías sentir tan pendejo por pensar que me querías, y nunca lo negaste, me quisiste, pero nunca me amaste como esperaba que lo hicieras…No me despido diciéndote que te entrego mi corazón, porque ya no lo tengo, te lo dí, pero no sé donde lo olvidaste, te agradezco los cachitos de tu vida que me regalaste, en la muerte me los llevo apretándolos a mi mano, para no soltarlos, para que donde esté, los lleve siempre conmigo, y si después de la muerte nos volvemos a encontrar, los pondré en tu mano para demostrarte que yo nunca te he olvidado. Deseo para ti la felicidad que siempre has buscado… Nunca quise despedirme de ti, pero ahora ya no lo puedo evitar. Adiós
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